4 ideas innovadoras para museos rupturistas en 2016

Desde hace algo más de un año trabajo codo con codo con María Zalbidea en la búsqueda de experiencias innovadoras y buenas prácticas para promocionar los museos en todo el mundo.

En este tiempo he descubierto un sector muy dinámico y creativo que ha abrazado la digitalización con entusiasmo, a pesar del riesgo que supone para unos espacios como los museos, tradicionalmente pensados y diseñados para la visita física y no virtual.

Del centenar largo de buenas ideas que hemos ido encontrando me cuesta elegir algunas, porque todas me parecen geniales, pero me he autoimpuesto mejorar mis habilidades como content curator, así que he elegido cuatro de ellas para contarlas en mi blog.

Hackeando las visitas guiadas

Aunque Llorente y Cuenca dice que vamos a sustituir el storytelling por el storydoing, los chicos y chicas de Museum Hack lo han incorporado de lleno a sus visitas guiadas.

Esta empresa neoyorquina hace honor a su nombre. Realmente han hackeado los clásicos recorridos museísticos. ¿Una despedida de soltera en el Metropolitan Museum of Art? ¿Un evento de team building? Pues eso es lo que hacen. Y con plena satisfacción de sus clientes, a juzgar por los más de 1.300 comentarios en Tripadvisor.

Todas las visitas de Museum Hack están concebidas como un espectáculo, con cierto parecido a la comedia en vivo, en el que también se improvisa a raudales. Mucha diversión y mucha subversión en estos tours alternativos que llevan nombres como “Escándalos políticos”, “Big Gay Met”, “Badass Bitches of the Met” (algo así como ultra-cool brujas hijas de puta).

Aunque también les han llovido las críticas por la trivialización del arte que implica su planteamiento, Museum Hack ha sabido entender las preferencias de un público joven que quiere experiencias simultáneamente educativas, interactivas, personalizadas, entretenidas… y disruptivas.

Habrá que seguirles la pista.

Magistral combinación de offline y online

Cualquier profesional serio de la comunicación y el marketing te dirá que lo digital y lo presencial han de ir alineados. Y eso es lo que me gusta de esta multipremiada campaña, la perfecta conexión entre ambos canales.

El centro de arte contemporáneo sueco Bonniers Konsthall y la agencia DDB han combinado con sabiduría comunicación online, servicio de correos, Spotify, publicidad en periódicos de papel y creatividad para lograr notoriedad y captar el interés de un público no habitual de los museos.

El museo envió invitaciones anónimas y al azar a través de los carteros del Servicio Postal Sueco, se insertó una campaña de anuncios en el periódico matutino de mayor audiencia, y 5.000 usuarios de Spotify elegidos al azar consiguieron una entrada gratis.

La exposición batió records de asistencia y posicionó a Bonniers Konsthall como un museo innovador que trabaja con artistas inquietos y que recurre al marketing más rupturista.

Este video explica cómo fue la campaña:

Co-creación con el visitante

Incorporar al usuario en el proceso de trabajo o creación es una técnica que se va extendiendo en las empresas más innovadoras. Pero descubrir cómo puede utilizarse en un museo fue toda una sorpresa.

En el NUS Museum de Singapur, especializado en arte y cultura de Asia, han creado una sala abierta y transparente (la llaman “prep-room”) en la que los visitantes del museo pueden ver los proyectos de investigación en curso, previos a cualquier exposición, mientras los comisarios van reuniendo en ella los materiales de archivo y sus anotaciones.

Pero además de ver, los visitantes pueden anotar sus reacciones, sugerencias y reflexiones sobre el proyecto mediante tizas, rotuladores, post-it y un libro de visitas.

Todos ganan: a los comisarios les abre la posibilidad de incorporar ideas nuevas y más creativas que les ayuden en su tarea; los visitantes pueden apreciar la evolución de la exposición, lo que les animará a visitarla una vez montada y a sentir una mayor vinculación con el propio museo.

Community manager por un día

Ahora que hasta Trump y sus asesores de prensa han decidido abrir la puerta de la Casa Blanca a los influencers, me interesan más las marcas que optan por su público y por los profesionales que realmente tienen algo que contar.

Lo entenderás con los dos ejemplos siguientes.

En Los Ángeles, The Huntington Library cedió su cuenta de Instagram a una periodista para que contara sus descubrimientos al investigar la obra de la escritora Octavia E. Butler. La investigadora publicó fotos y objetos de la autora con el hashtag #takoverTheH para los 23.800 seguidores de The Huntington Library en Instagram. Una estrategia que pone en valor el contenido de la biblioteca y la labor investigadora, dos ejes de su actividad.

Bien diferente es la cesión de sus redes sociales llevada a cabo por 73 museos del Reino Unido, que entregaron sus cuentas a 360 adolescentes para publicar y compartir su propio contenido. Lo que a priori podría haber sido una acción arriesgada, fue todo un éxito de Kids in Museums, la entidad que organiza “Teen Twitter Takeover”.

Una auténtica hazaña lograr que un adolescente se exprese así respecto a un museo:

“The best thing about today and when we have ‘takenover’ before is knowing that we are being trusted by the museum. ‘Cos I know the museum staff are happy that I will do a good job it gives me confidence to do things which I am nervous or scared about. Then when I do the thing I realise I am quite good at it and the museum is right to trust me”

Los resultados pueden verse en Storify. Obviamente, abundan los selfies.

Hi we’re Rosie and becky and we’re here for #takeoverday.
Tweet us your questions about #ssGB pic.twitter.com/qc3mrJV7pj

— ss Great Britain (@ssGreatBritain) 12 de agosto de 2016

En 2016, la innovación también llegó a los museos. Estas son sólo cuatro ideas innovadoras para museos que quieran desarrollar nuevas formas de relacionarse con sus usuarios o explorar nuevos campos.